
Ahora que llega la Navidad y visto que la gente pasa olímpicamente de mi, no me queda más remedio que bajarme los pantalones hasta abajo y volver a admitir a todo el mundo en primera división.
Muchas gracias de corazón a la familia Baños, familia Tamar, familia Sastres y Boronat por obligarme a semejante humillación pública. Ya no levanto cabeza más.
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